Al
solicitar un trabajo de traducción, usted puede indicar el nivel de lengua
que requiere el texto.
Debe
tener en cuenta lo siguiente:
¿Quién es
el destinatario del texto? ¿Va dirigido a un mercado comercial específico?
¿Está destinado a un público joven? ¿O es más bien de carácter informal? Es
importante tener en cuenta estas preguntas para acertar con el tono que
requiere la traducción.
Por
otra parte, ¿el texto será utilizado en su país por hablantes de lenguas
extranjeras o se utilizará en el país de la lengua de destino? Este punto
es importante para adaptar el texto al grupo de hablantes al que va
dirigido, ya que deben tenerse en cuenta detalles como la moneda, el
sistema métrico o el contexto cultural específico del texto original.
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Si la
traducción va a utilizarse fuera de su país, ¿sabe en qué continente se utilizará?
Este factor nos permitirá diferenciar entre las variantes de un idioma, por
ejemplo, entre el inglés del Reino Unido y el inglés de los EE.UU., el
español europeo y el español sudamericano, el portugués europeo y el
portugués brasilero, o entre el chino tradicional y el chino simplificado.
Si el texto está
dirigido a hablantes de un determinado país, ¿será utilizado también en
otros países donde se habla la misma lengua? Este es otro aspecto que debe
considerar si tiene en mente operar en varios países. Por ejemplo, si el
único país de destino de la traducción es Austria, probablemente usted
quiera que la traducción la realice un traductor austríaco cuya lengua
materna sea el alemán. En cambio, si también desea acceder a otros países de
habla germánica, resultará más económico que la traducción se realice en
alemán estándar.
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